18.5.11

piratas frente al Plata

En julio de 1628 el gobernador de Buenos Aires, Diego de Góngora, fue advertido de que una flota holandesa se acercaba con codicia al Plata y se estableció una guardia permanente. Las noches en que el viento soplaba facilitando el desembarco, los vecinos debían caminar por la costa armados, en grupos de a dos, y por un plazo no menor a dos horas.

Una de estas parejas halló un papel enrollado y lacrado. Era un panfleto escrito en español, instando a los habitantes a que se sublevaran. Fue el primer intento de emancipación de nuestra historia. Por supuesto, no pasó de la intención. Los holandeses habían lanzado algunos más en la zona de Retiro y Recoleta, pero la propaganda no tuvo el efecto que esperaban: tres o cuatro cañonazos bastaron para convencerlos de que no eran bienvenidos. Este suceso determinó que Góngora instalara ocho cañones en el humilde fuerte para prevenir futuros intentos.

De la intención holandesa sólo queda este magnífico cuadro que bocetaron desde las naves y pintaron en Europa. Es una reliquia: muestra cómo era la ciudad vista desde el río en ese lejano año 1628. Se trata de la imagen más antigua que existe de Buenos Aires.

la nación

En el centro se observa el precario fuerte (hoy ocupa ese lugar la Casa Rosada). A su izquierda, la iglesia de San Francisco. A la derecha de la fortificación hay un rancho: es la Catedral.

DANIEL BALMACEDA
“Invasores holandeses en el Plata”
(historias inesperadas, 18.05.11)