26.2.07

miércoles 26.02.1807 – cartas de Montevideo

“Sin duda habrán ustedes sabido el bueno, generoso y honorable tratamiento manifestado por los ingleses a los habitantes de este pueblo, tomado por asalto (…) ustedes mismos experimentaron uno igual de mí, bien saben ustedes como se me ha pagado; pero creo que después ya han abierto los ojos y ven que la Gran Bretaña es tan capaz de castigar como inclinada a perdonar. Por lo mismo depende de ustedes la medida que han de adoptar. (…) Yo apuro esto sin que me inspire para ello ninguna consideración personal, pues no he querido tomar ningún mando y estoy para irme a Europa; pero a pesar de todo cuanto me ha ocurrido, me siento interesado por la gente de Buenos Aires, y pueden vivir seguros (a no ser que su conducta hacia nuestros oficiales y tropa me lo haga totalmente imposible) que tengo su bien muy en mi corazón, y que si saben otra vez de mí, será por lo que yo me empeñé a hacer lo que consideré los hará prósperos y felices”

Carta del general Beresford a Martín de Álzaga.


“Hemos sufrido una gran decepción. De las mejores fuentes sabemos que una solemne capitulación ha sido violada, que nuestros prisioneros han sido maltratados –algunos asesinados-, los más, si no todos, dejados sin sueldo, y que marcharon lejos al interior del país, sufriendo privaciones y molestias.
(…) Habéis, pues, violado una capitulación sin obtener beneficio alguno. El tratamiento dado a aquellos debe ser vengado. (…) Después de este solemne llamado a vuestro honor y a vuestra lealtad, os aseguramos que los prisioneros en nuestro poder serán enviados a Inglaterra, a menos que sea hecha efectiva la capitulación de Buenos Aires y devueltos los prisioneros en vuestro poder. (…) Evítesenos la penosa necesidad de marchar contra ella, de talarla y de ser expectadores de su ruina. Os ofrecemos respetar vuestras leyes, vuestra religión y vuestras propiedad, bajo la proteción del gobierno británico”.


Carta de Sir Samuel Auchmuty y Sir Charles Stirling al Cabildo de Buenos Aires, a la Audiencia y a Santiago de Liniers.

25.2.07

martes 25.02.1807 – Beresford llega a Montevideo

Tras ser rescatado por el Charwell, arriba a Montevideo, el general Beresford. Lo acompañan Dennis Pack y los colaboradores porteños Saturnino Rodríguez Peña y Manuel Aniceto Padilla.

De inmediato, Beresford se entrevistó con Auchmuty. Beresford trató de convencer a Auchmuty de aprovechar la oportunidad política de permitir la emancipación de Buenos Aires, asegurando las concesiones británicas, sin derramamiento de sangre. Pero Auchmuty tenía órdenes precisas del gobierno británico de conquistar el Río de la Plata.

“A mi llegada a Montevideo el brigadier general Sir Samuel Auchmuty me propuso que asumiese el comando” revela Beresford quien se niega. A esa altura, Beresford estaba convencido de la inconveniencia de tomar a Buenos Aires por la fuerza, pese al número de tropas que arribarían a estas tierras, con ese propósito. “… en las actuales circunstancias sería infinitamente más útil a mi país mi regreso a Inglaterra para informar directa y plenamente acerca del conocimiento, que tengo de este pueblo y de la comarca, lo que resultaría imperfecto recurriendo a otros medios; y aunque no ignoraba que mi permanencia hubiese sido de utilidad esencial, con todo… estimé mi regreso más beneficioso porque puede contribuir a hacer permanentes las ventajas obtenidas las que pronto se obtendrán” resume Beresford a Lord Castlereagh.

Ese mismo día, escribe a Liniers poniéndolo al tanto que se había evadido con la esperanza de poder hacer algo que beneficiase a ambas partes, evitando los horrores de la guerra y que Liniers podría estar seguro que, pese a todo lo sucedido, seguiría trabajando para el bien de Buenos Aires.

martes 25.02.1807 – órdenes militares a Whitelocke

El Duque de York le dio a John Whitelocke un panorama militar de la expedición al Río de la Plata. Lo puso al tanto de su estado mayor y de los refuerzos que lo acompañarían, al mando del general de brigada Ackland. Las fuerzas a su mando rondarían los 13 mil hombres: 2 mil de Backhouse, 4 mil de Auchmuty, 5 mil de Craufurd y 2 mil de Ackland, más los batallones criollos que pudiera formar (de mil soldados cada uno, al mando de un comandante inglés y dos terceras partes de la oficialidad, criollas). Además, de rescatar a los prisioneros de la expedición de Beresford, podría contar con otros mil hombres.

Ese era el tenor de las fuerzas que amenazaban atacar a Buenos Aires.

24.2.07

lunes 24.02.1807 – nombramiento de Whitelocke

El ministro de guerra británico Windham le comunica al teniente general John Whitelocke que el rey lo ha nombrado Comandante en Jefe de las fuerzas en Sudamérica.

22.2.07

sábado 22.02.1807 – Sobremonte preso

Desembarca en San Fernando, el ex virrey Sobremonte quien queda detenido en la Casa de Convalescencia (hoy Constitución). Sobremonte se quejaría al ministro español, Soler, sobre un complot en las dos ciudades. Pero el ex virrey quedaría en prisión hasta el 8 de noviembre de 1809 cuando el virrey Cisneros lo enviaría a España, a bordo del Mercurio.

Su tiempo en prisión en Buenos Aires, no sería para nada incómodo. Liniers no le puso inconvenientes y hasta evitó enviar informes muy desfavorables para el depuesto virrey.

El 12 de noviembre de 1813, en una corte especial en Cádiz, Sobremonte fue absuelto y, poco después, se lo nombro consejero de Indias. Murió en 1827, a los 81 años.

sábado 22.02.1807 – a bordo del Charwell

Con un bote proporcionado por el capitán del Flor del Cabo, Beresford, Pack, Rodríguez Peña y Padilla continuaron la fuga, remando durante 15 horas, enfrentando la fuerte sudestada que se desataba sobre el Río de la Plata. En la madrugada del 22, fueron interceptados por el buque ingles Charwell, comisionado por el mando británico en la Banda Oriental, para despachar una carta, con bandera de parlamento, al Cabildo de Buenos Aires.

El buque había sido despachado por Auchmuty reclamando a Buenos Aires la restitución de los prisioneros británicos, amén de ser una excusa para que los hombres de la nave inglesas se enterarán de cómo estaba las cosas en la capital del virreinato.

Al subir a Beresford a bordo, el capitán del buque siguió las órdenes del general inglés y, sin entregar la carta (“por ser totalmente erróneas las noticias que habían inducido a mandarlas”), retornaron al puerto de Montevideo.

21.2.07

viernes 21.02.1807 – fuga de Beresford

A la noche siguiente, Beresford y Pack intentan, nuevamente, fugarse de la ciudad. En medio de una fuerte sudestada, asistidos por Rodríguez Peña y Padilla, eluden las patrullas porteñas y alcanzan la costa, marchando hacia el sur en busca de alguna nave que los rescatara.

Lograron divisar una nave. Beresford y sus acompañantes avanzaron por el río, con el agua al cuello, durante un lapso de media hora, antes de alcanzar el navío, el bergantín Flor del Cabo, barco del contrabandista portugués Antonio Luis de Lima, comisionado por Liniers para patrullar la costa bonaerense.

No va a ser la única pista que une a Liniers con la evasión de Beresford. Poco después de confirmada la huida del general británico, fueron arrestados una serie de sospechosos de colaborar con la fuga. Entre ellos estaba Sentenach, comandante del regimiento “Unión” que declaró, posteriormente, que Liniers le había solicitado que ayudara a Rodríguez Peña, entregándole los soldados que solicitara. Todos los detenidos fueron liberados por Liniers.

20.2.07

jueves 20.02.1807 – primer intento de fuga

Poco antes de las 8 de la noche, Beresford y Pack intentaron fugarse de Buenos Aires, tras pasar tres jornadas en la casa de Francisco González. Atravesaron la Plaza Mayor y, cruzando tras la iglesia de San Francisco, marcharon hacia la playa, en busca de la boca del Riachuelo, donde los esperaba la nave corsaria “Cachimarin”. Motivos que la historia no registra, abortaron este intento de fuga. Los oficiales británicos desandaron el camino y debieron recluirse, nuevamente, en la casa de González, a la espera de un mejor momento para escapar.

jueves 20.02.1807 – carta del Cabildo de Montevideo al de Buenos Aires

Una carta del Cabildo de Montevideo al de Buenos Aires, fechada en este día, proporciona detalles de la situación en la ciudad de la Banda Oriental antes de la caída. La carta expone las diferencias de criterio entre el Cabildo y el gobernador Ruiz Huidobro sobre la defensa, criticando la decisión del día 20 de enero de salir de la ciudad, en un ataque decidido por la presión popular. El Cabildo dice que Ruiz Huidobro temía al populacho y por eso no había rendido la ciudad, tras el ultimátum de Auchmuty del día 2 de febrero, que hubiera evitado costosas bajas. Que ante la caída, el gobernador escapó, cruzando la bahía, para evitar que lo lincharan.

18.2.07

martes 18.02.1807 – Beresford llega a Buenos Aires

Oculto por las sombras de la noche, Beresford y Pack llegan a Buenos Aires, refugiándose en la casa del colaboracionista (y amigo de Mariano Moreno), Francisco González.

Las autoridades porteñas ya estaban enteradas de la fuga de los oficiales británicos y redoblaron las patrullas de vigilancia, en una ciudad en la que los rumores se difundían por la población, preocupada por la evasión.

17.2.07

lunes 17.02.1807 – detención de Sobremonte

La comisión enviada a la Banda Oriental, con órdenes de informar a Sobremonte su cese como virrey, llega a la Posta de Durán, campamento de Sobremonte quien ya había visto como se les había desbandado sus tropas. Puesto al tanto de la decisión de la Asamblea del día 10 de febrero, Sobremonte es detenido y embarcado a Buenos Aires.

lunes 17.02.1807 – huye Beresford

Tras pernoctar en la Estancia Grande de los padres betlemitas, Rodríguez Peña, Beresford y Dennis Pack salen de Arrecifes, a la mañana temprano. Los oficiales ingleses van disfrazados de paisanos, escoltados por los dos soldados traídos por Rodríguez Peña y Padilla. Rumbo a Buenos Aires, pasarán la noche en otra estancia de los padres betlemitas, cerca del arroyo de Areco.

16.2.07

domingo 16.02.1807 – liberación de Beresford

Martínez Fontes, a cargo de la seguridad de los oficiales británicos conducidos prisioneros a Catamarca, decidió partir de la Estancia Grande de los padres betlemitas, en Arrecifes, prosiguiendo la marcha. Antes de iniciar viaje, recibe la visita de su concuñado Saturnino Rodríguez Peña y de Manuel Aniceto Padilla, capitán de Arribeños, junto a un par de soldados. Rodríguez Peña le hace entrega a Martínez Fontes de un sobre comunicando una orden verbal de Liniers y el Cabildo para que le entregara a Beresford al “que le necesitaban para asuntos interesantes al real servicio”.

En palabras del propio Beresford, Rodríguez Peña “(portaba) propuestas de un carácter muy singular provenientes de un personaje principal, que tendré el honor de explicar personalmente a los Ministros de Su Majestad, pero en las circunstancias en que me hallaba me negué a aceptarlas, así como dar mi opinión al respecto. Encontrándome tan firme respecto a mi posición, los dos caballeros propusieron llevarme hasta la sede del ejército británico en Montevideo, lo que en su opinión podría cumplirse sin dificultades, expresando que consideraban que al cooperar en mi evasión actuaban por el bien de su país y de conformidad con los principales vecinos de Buenos Aires”.

Esto es, no existían tales órdenes del Cabildo. Rodríguez Peña y Padilla estaban colaborando con la evasión de Beresford quien exigió que Dennis Pack lo acompañara en la huida, sapo duro de comer para los agentes criollos, al que sin embargo accedieron.

Padilla partió de inmediato para Buenos Aires.

La suerte de Beresford empezaba a cambiar. “Tomé la determinación de aventurarme a cualquier riesgo personal por lo que consideré como de primordial importancia para mi país” escribiría Beresford.

14.2.07

viernes 14.02.1807 – auge del comercio de Montevideo

Al caer Montevideo, esperaban en su puerto 70 barcos mercantes ingleses, demorados por la Reconquista de Buenos Aires. Con la caída de Montevideo y la baja de los derechos aduaneros por el gobernador británico, el puerto de la Banda Oriental vivió un auge inédito del comercio. Era tal la cantidad llegada a la plaza, que no había depósitos para las mercaderías. La cantidad que no podía ser absorbida por el mercado, se desplazaba a otros puntos, vía contrabando. Buenos Aires y el Virreinato, además de Brasil, fueron las vías por donde hicieron riquezas los comerciantes ingleses y sus socios locales.

Liniers compró a los ingleses, por intermedio de White y O’Gorman, las telas para uniformar el ejército porteño que esperaba el ataque británico. Después de la Defensa, con su suegro Sarratea, hicieron pingües ganancias comprando las mercaderías dejadas por los británicos y vendiéndolas en el mercado local, que tenía la prohibición de comercio con el extranjero.

A fines de abril de 1807, Auchmuty calculaba que se habían vendido más de un millón de libras esterlinas, cobrando más de $400 mil en derechos de aduana. Estas cantidades puedan explicar el tibio entusiasmo de los vecinos de Montevideo, cuando Buenos Aires logró la retirada inglesa, tras la Defensa.

13.2.07

jueves 13.02.1807 – parada en Estancia Grande

Tras acampar en las distintas estancias y chacras de la zona, la caravana rumbo a Catamarca, paró en la Estancia Grande de los padres Betlemitas, cercana a Arrecifes, por pedido del general Beresford que, manifestándose enfermo, solicitó una casa cómoda para reparar su salud.

10.2.07

domingo 10.02.1807 – Beresford rumbo a Catamarca

Caía el domingo 10 de febrero, cuando partía de Luján la caravana de ocho carretas que llevaba al general Beresford, al teniente Dennis Pack y a seis de sus oficiales, con destino a Catamarca, su nuevo lugar de detención. Los acompañaban las mujeres e hijos de los oficiales y varios criados.

El capitán de Blandengues, Manuel Martínez Fontes había sido designado custodia de los detenidos, con instrucciones de acompañar a los prisioneros hasta “el paraje de la Encrucijada, donde se separa el camino para Catamarca, en el cual los entregará a la escolta que de Córdoba bajará a recibirlos y ha de custodiarlos hasta dicha Catamarca”.

Cabe señalar que Martínez Fontes, el responsable de custodiar a los prisioneros ingleses, era el concuñado de Saturnino Rodríguez Peña, el principal operador del proyecto de emancipación con protección británica.

domingo 10.02.1807 – suspenden a Sobremonte

La recomendación del Cabildo, del día 6, de deponer a Sobremonte, se concretó en la Asamblea del día 10, en la que se reunió la Audiencia, el Cabildo, el Obispo, el Consulado, Liniers, los jefes militares y los principales vecinos porteños. Esta Asamblea dispuso la suspensión del virrey de todos sus cargos y el arresto. Para eso se nombró una comisión, integrada por el oídor Velazco y los regidores Ortiz Basualdo y Monasterio, acompañado por dos escoltas de infantería y un escuadrón de húsares, a las órdenes de Murguiondo, para trasladarse a la Banda Oriental y cumplir con lo indicado.

8.2.07

sábado 08.02.1807 – confirman a Beresford el traslado a Catamarca

Se le confirma oficialmente, al general Beresford, su traslado, en dos días, a Catamarca.

sábado 08.02.1807 – retornan las tropas porteñas

Las tropas de Buenos Aires, enviadas a socorrer a Montevideo, retornaron el sábado 8. Saavedra se trajo de Colonia (pese a la objeción del jefe de esa plaza, Ramón del Pino) los cañones y el material de guerra sobrante que estaban al alcance de los ingleses.

7.2.07

viernes 07.02.1807 – reunión secreta

Poco después del atardecer, Saturnino Rodríguez Peña llegó a la casa de Martín de Álzaga para la trascendental reunión que había acordado en la víspera. Rodríguez Peña expresó que el único objeto de su visita era “el amor a la Patria, salvar nuestras vidas y propiedades para lo cual es necesario, y ante todo, contar con el conocimiento del señor don Martín, porque de lo contrario nada haríamos”. Álzaga le contesta que “tratándose de salvar a la Patria en toda su extensión y relaciones me prestaré gustoso”.

Tanteando el terreno, Rodríguez Peña le confió la existencia de un plan para independizarse de España, con el apoyo de Gran Bretaña, ya que los ingleses habían llegado al Río de la Plata no “con el ánimo de conquistar sino determinadamente para formar y consolidar con nosotros unos vínculos de amistad recíproca y unos tratados de comercio libre, protegidos y sostenidos pro sus escuadras”.

El plan contaba con la anuencia del general Beresford y, según Rodríguez Peña, con la conformidad de Liniers.

La reunión terminó cerca de la medianoche y Rodríguez Peña no se llevó una respuesta terminante de Álzaga. Quedaron en un próximo encuentro, con garantías escritas de Beresford del compromiso británico.

No volvieron a reunirse, posiblemente porque Rodríguez Peña logró enterarse que Álzaga había ocultado, tras una cortina, al capitán Dozo, al regidor Fernández de Agüero y al escribano Cortés, testigos de la reunión, labrando un acta que firmaron todos. Precavido, Rodríguez Peña huyó de Buenos Aires poco después.

¿Era Álzaga el hombre que anuncia Beresford en la carta del día 6, a Auchmuty? ¿Aceptaría la independencia, ante la inminente amenaza de una nueva invasión inglesa? ¿O estaría dándole cuerda a Rodríguez Peña para conocer a los colaboradores del plan de emancipación?

Misterio que guarda la historia argentina.

viernes 07.02.1807 – carta de Auchmuty desde Montevideo

Auchmuty envía dos cartas a Windham, Secretario de Guerra británico: en la víspera, un parte militar; en esta jornada, un informe político. Auchmuty destaca la posición fuerte que ha logrado en Montevideo, confesando la falta de pólvora y artilleros. Escasea la harina, la leña y teme que la carne (abundante y barata), empiece a escasear si los gauchos de la campaña oriental impiden su entrada. Sugiere el envío de grandes cantidades de pólvora, carne, alcohol y harina para mantener la ciudad y prevé que se podría modificar la situación con la captura de Buenos Aires. Pero señala la hostilidad de la gente y estima cerca de 15 mil hombres para dominar el Río de la Plata.

viernes 07.02.1807 – pedido del Cabildo de Montevideo

El Cabildo de Montevideo le pidió al virrey Sobremonte, aún en Las Piedras con algunos hombres, que no impidiera el acceso de víveres a la ciudad, dada la escasez de alimentos que se observaba en la ciudad tomada por los ingleses.

viernes 07.02.1807 – cartas entre Beresford y Liniers

Beresford le escribe a Liniers una carta, protestando por la requisa del día 5. En el mismo día, le contesta Liniers, recordándole que la decisión había sido tomado “por esta Real Audiencia, Tribunal Superior a quien ni debo ni puedo oponerme, y más cuando las actuales circunstancias exigen que V.S. y sus oficiales estén más separados de la Capital”.

6.2.07

jueves 06.02.1807 – llega el 9 de Dragones

El 9 de Dragones que se había separado de la expedición Craufurd en Cabo Verde, llegó a Montevideo, protegido por la fragata Nereide.

jueves 06.02.1807 – un día tenso

La tensión se respiraba en las calles de Buenos Aires. Una manifestación popular pidió a gritos, el envío de tropas a Montevideo para reconquistar la ciudad y la destitución del virrey. La junta de guerra de civiles y militares, convocada por el Cabildo esa misma noche, recomendó no avanzar hacia Montevideo, hasta tener más datos del asunto y coincidió en deponer a Sobremonte por “imperito en el arte de la guerra e indolente en clase de gobernador".

En tanto, Rodríguez Peña había entrevistado en el fuerte, en la mañana, al capitán Juan de Dios Dozo del regimiento “Patriotas de la Unión” para que arreglara una entrevista con Álzaga, su empleador.

Tal vez, esa entrevista tuviera alguna relación con el mensaje que Beresford, desde Luján, logró remitirle a Auchmuty por medio de White, nuestro espía estrella que logró escapar de su prisión y volvía a ponerse el traje de colaborador británico.

“Las fuerzas, mi querido general, son conocidamente muy pequeñas para quedar seguro, y poder Ud. intentar algo a este lado del río, a menos que se pueda hacer algo por convenio” informaba Beresford “Y de que sea así hay muchas esperanzas. Un cierto personaje grande parece estar muy deseoso de ponerse él mismo al lado derecho de la cuestión. Cuando le digo a Ud. que no es Ls no podrá Ud. dudar quien quiero decir”.

Si no es Ls. (Liniers), ¿será Álzaga, el otro hombre fuerte del Buenos Aires de 1807?

5.2.07

miércoles 05.02.1807 – pánico en Buenos Aires

Al conocerse en la ciudad, la caída de Montevideo, el pueblo de Buenos Aires reaccionó con pánico. Junto a la condena airada al virrey Sobremonte, la toma de Montevideo auguraba una nueva invasión a la ciudad porteña. Las autoridades creyeron que el ataque a la ciudad era inmediato y, del partido español, llegó a especularse con que los criollos, aliados con Beresford negociarían la entrega, a cambio de la independencia.

Esa misma noche, Saturnino Rodríguez Peña, anglófilo criollo conocido, le avisó a Beresford tanto de la caída de Montevideo como de la reacción porteña, sugiriéndole la oportunidad para negociar una posible entrega de Buenos Aires.

miércoles 05.02.1807 – comisión a Luján

Tras la confirmación de la caída de Montevideo, traída por Liniers, el Cabildo dispuso que una partida se llegase a Luján y confiscara todos los papeles del general Beresford. La decisión se ejecutó de inmediato. Poco después de las 4 de la mañana, salía de Buenos Aires, rumbo a Luján, el oídor de la Audiencia, Juan Bazo y Berry, el escribano Pedro Andrés García y una escolta de 25 húsares al mando de Lucas Vivas. La partida llegó a Luján al mediodía.

“En la tarde del 5 del corriente dos caballeros, el señor oídor Bazo y Andrés García, acompañados de un oficial caballero francés, entraron donde yo vivo aquí, y después de haber quedado preso, como también los otros oficiales, me notificaron que venían autorizados para tomar todos nuestros papeles, a lo que yo perentoriamente me opuse” escribe a Liniers, el general Beresford.

“No es fácil demostrable la sorpresa que causó esta novedad, especialmente al general y al coronel Dionisio Pack” certifica Pedro Andrés García en su informe “defendieron con altivez sus derechos, y sus descomedimientos y resistencia inicial llegaron a insultar al señor oídor con expresiones injuriosas”.

“Los oficiales fueron llevados uno por uno de mi cuarto a los suyos, y me pusieron un centinela y sucesivamente tomaron los papeles de cada uno, y los míos que guardaba mi edecán, el capitán Arbuthnot. Verá V.S. por el contenido de ellos que me es indiferente que cualquiera los lea” prosigue Beresford.

También, la partida puso al tanto a Beresford sobre la decisión de alejar a los prisioneros de Luján, con destino a Catamarca. “Contra esta mudanza tengo por necesario decirle que es grande severidad, pero confío se nos dará noticia para prevenirnos según distancia y destino”.

García asegura que los prisioneros habían realizado “un prolijo reconocimiento de esta campañas y costas del Paraná” y que ya estaban al tanto de la caída de Montevideo.

4.2.07

martes 04.02.1807 – Liniers conoce la caída

Mientras Liniers pasaba el día en busca de montados para sus hombres, para encarar la última etapa del viaje a Montevideo, recibió un chasqui de Sobremonte con la información de la caída de la ciudad.

La tropa porteña quería ir a detener al virrey por su reiterado comportamiento vergonzoso en pocos meses. Liniers dejó a Concha a cargo de la tropa y reemprendió el regreso a Buenos Aires, para informar al Cabildo. Llegó a Buenos Aires a las once y media de la noche, donde confirmó al Cabildo (que venía de una sesión tensa de cuatro horas) la caída de Montevideo.

3.2.07

lunes 03.02.1807 – Liniers llega a Colonia

Mientras Montevideo caía en manos inglesas, Santiago de Liniers llegaba a Colonia con los refuerzos pedidos a Buenos Aires.

lunes 03.02.1807 – cae Montevideo

A las 2 de la mañana, Auchmuty dio sus últimas instrucciones a sus oficiales y la tropa, en absoluto silencio, marchó hacía las murallas de la ciudad.

Alrededor de las 3 y media, se dio la orden de avance. Al descubrir la columna de avanzada, los defensores de Montevideo iniciaron un nutrido fuego, desde el frente y los flancos. En la oscuridad, la columna de avanzada no lograba encontrar la brecha que habían abierto en la muralla, debiendo soportar quince minutos bajo fuego enemigo. Finalmente el capitán Renny y el teniente Smith hallaron la brecha; el primero murió en el ataque, el segundo cayó herido.

El ataque se hizo encarnizado, a golpes de bayoneta, con muestras de valor en ambos bandos. “La brecha en su parte exterior estaría cubierta de muertos y heridos del ejército inglés” escribió el teniente Samuel Walters en sus memorias “y en la parte interior se encontraron capas sobre capas de muertos españoles”.

En un cruento combate en la plazoleta de entrada a la ciudad, defendiendo la ciudad, cayó muerto el corsario francés Hipólito Mordeille quien se había lucido durante la Reconquista de Buenos Aires.

Otros puntos cedieron en la defensa y alrededor de las 4 y media, sólo ondeaba la bandera española en la ciudadela, que se rindió poco después, a pedido del gobernador Ruiz Huidobro, prisionero británico junto a Arce. Más de mil muertos españoles y cerca de 200 muertos británicos fue el saldo del ataque.

Montevideo estaba ahora en manos británicas.

lunes 03.02.1807 – la noche

Con los refuerzos de Arce, Montevideo contaba con alrededor de 3 mil defensores. Durante la noche del 2, se trajeron tercios de sebo y cueros secos desde las barracas, para tapar la brecha que los ingleses habían logrado abrir en la muralla de la ciudad. Tanto Arce como el gobernador Ruiz Huidobro se fueron a dormir, con la confianza de que no sería esta noche, la noche del ataque inglés.

Afuera, Sir Auchmuty había dispuesto sus hombres para el asalto. Los regimientos más antiguos del ejército invasor disputaban el honor de encabezar el peligroso ataque a la brecha de la muralla, el punto más peligroso de la contienda.

2.2.07

domingo, 02.02.1807 – responde Ruiz Huidobro

El gobernador de Montevideo, Ruiz Huidobro recibe la carta enviada por Liniers al desembarcar en la Banda Oriental y responde esta noche, a horas del asalto británico a la ciudad. Lamenta que Sobremonte no hubiera hecho los arreglos para las tropas porteñas y le ruega a Liniers que apure la marcha, en cuando pueda, porque los ingleses ya habían abierto una brecha en la muralla y no sabía cuánto más podían resistir los defensores de la ciudad.

domingo, 02.02.1807 – intimación británica

Auchmuty intimó la rendición de Montevideo, previo al ataque del día siguiente. Consciente de que las tropas de Arce ya están frente a la ciudad y de que Liniers está al caer con sus refuerzos, Auchmuty sabe que no tiene ni tiempo ni posibilidades de contemplar otro fracaso. Su suerte depende del inminente ataque.

domingo, 02.02.1807 – otra negativa porteña

Camino a Colonia, Liniers encuentra al edecán de Sobremonte quien trae una nota del día 31, en la que el virrey protesta la decisión de la Audiencia de desconocer su mando. Le ordena a Liniers que desvíe sus tropas hacia el campamento de Sobremonte. Como lo hiciera Arce, Liniers desobedece las órdenes y sigue rumbo hacia Colonia.

1.2.07

sábado, 01.02.1807 – se acerca el refuerzo porteño

A las 9 de la noche, llegaron las tropas de Arce a Montevideo. El mismo día, Liniers inició una penosa marcha a pie, por su propia cuenta, rumbo a Colonia, en viaje a Montevideo. Los soldados llevaron sus arreos, en un esforzado viaje.