16.2.07

domingo 16.02.1807 – liberación de Beresford

Martínez Fontes, a cargo de la seguridad de los oficiales británicos conducidos prisioneros a Catamarca, decidió partir de la Estancia Grande de los padres betlemitas, en Arrecifes, prosiguiendo la marcha. Antes de iniciar viaje, recibe la visita de su concuñado Saturnino Rodríguez Peña y de Manuel Aniceto Padilla, capitán de Arribeños, junto a un par de soldados. Rodríguez Peña le hace entrega a Martínez Fontes de un sobre comunicando una orden verbal de Liniers y el Cabildo para que le entregara a Beresford al “que le necesitaban para asuntos interesantes al real servicio”.

En palabras del propio Beresford, Rodríguez Peña “(portaba) propuestas de un carácter muy singular provenientes de un personaje principal, que tendré el honor de explicar personalmente a los Ministros de Su Majestad, pero en las circunstancias en que me hallaba me negué a aceptarlas, así como dar mi opinión al respecto. Encontrándome tan firme respecto a mi posición, los dos caballeros propusieron llevarme hasta la sede del ejército británico en Montevideo, lo que en su opinión podría cumplirse sin dificultades, expresando que consideraban que al cooperar en mi evasión actuaban por el bien de su país y de conformidad con los principales vecinos de Buenos Aires”.

Esto es, no existían tales órdenes del Cabildo. Rodríguez Peña y Padilla estaban colaborando con la evasión de Beresford quien exigió que Dennis Pack lo acompañara en la huida, sapo duro de comer para los agentes criollos, al que sin embargo accedieron.

Padilla partió de inmediato para Buenos Aires.

La suerte de Beresford empezaba a cambiar. “Tomé la determinación de aventurarme a cualquier riesgo personal por lo que consideré como de primordial importancia para mi país” escribiría Beresford.