5.8.06

jueves, 05.08.1806 - entrada en San Isidro

“Me dirigí al Pueblo de San Isidro que atravesamos a las aclamaciones de todo él” cuenta Santiago de Liniers “acampé la tropa en un hermoso sitio, pero la noche fue cruel de viento y agua que mi gente sufrió con mucha constancia”.

En San Isidro nombra al capitán Gutiérrez de la Concha, segundo jefe de la expedición, a Juan Martín de Pueyrredón comandante general de todos los voluntarios de caballería y a Martín Rodríguez, quien se presentó con los dispersos en Perdriel, jefe de servicios de exploraciones.

El temporal arreciaba (echando a pique cinco lanchas cañoneras inglesas, "felizmente para él" alude Alexander Gillespie a Liniers "(esa guardia naval) fue casi aniquilada una noche por un horroroso pampero, que hundió a todas con excepción de dos, dejándolas inutilizadas"). Las milicias se tomaron el día para limpiar el armamento y prepararse para un combate que se creía inminente, según los informes traídos por el alférez Terrada, provenientes de Sentenach.

La versión era más que un rumor. Beresford tenía intenciones de enfrentar a las fuerzas de Liniers: "Siempre fue mi intención atacar al enemigo en campo abierto, donde únicamente podían dar su resultado completo la superior disciplina y valor de nuestros soldados; y aunque estaba deseoso de hacerlo en esos momentos y antes de que aumentasen sus efectivos, me vi impedido por una fuerte lluvia que se produjo antes de que yo tuviese plena seguridad del lugar en donde habían desembarcado".